En 2004, el gobierno cubano revirtió su dependencia de los dólares estadounidenses e imprimió una nueva moneda vinculada al dólar y a otras divisas que lo sustituirían. Con el sello oficial de «CUC», los nuevos billetes recibieron rápidamente el apodo de «chavitos», en honor al presidente socialista de Venezuela, Hugo Chávez, que proporcionó el petróleo barato que hizo que tanto la economía como los millones de coches viejos de Cuba (como estos) volvieran a funcionar. Capturado a través del parabrisas de otro taxi americano, la gran diversidad de marcas y modelos de coches americanos en las calles de Cuba puede ser engañosa: la mayoría llevan motores de fabricación soviética o japonesa, así como otras piezas «Frankenstein» hechas a mano, como dicen los cubanos.