Como demuestran estas imágenes, la organización del sistema eléctrico residencial de Cuba no sólo está mal mantenido, sino que es sorprendentemente irregular. Los cables corren de un lado a otro mientras los cubanos comparten contadores y apartamentos construidos ilegalmente para evitar pagar al gobierno por un servicio eléctrico que es a la vez excesivamente caro y famosamente irregular, o a menudo inexistente. Octubre de 2011. Fotografía de Matt Joseph.