University of Florida Homepage

Bautizo Cubano

Tras décadas de imponer la conformidad con los ideales del ateísmo, el Partido Comunista de Cuba decidió adoptar el laicismo y permitir, por primera vez, que incluso sus propios miembros practicaran abiertamente una religión. Como la mayoría de los cubanos no conocían el catolicismo de adultos, a menudo recurrían a familiares visitantes (como yo) que eran católicos de toda la vida para que ejercieran de padrinos y guiaran la entrada y el camino de sus hijos en la fe. El día que ejercí de madrina en el bautizo de Alicia, de dos años, y de la bebé Isabela había más de cuarenta familias reunidas en la Iglesia de la Virgen de la Caridad del Cobre, una antigua iglesia histórica que linda con el Barrio Chino de Centro Habana. Este fue el lugar donde el párroco Padre Boza-Masvidal una vez ofreció santuario a los opositores al régimen de Batista en la década de 1950 e incluso se dice que almacenó armas para el Movimiento 26 de Julio en el sótano. También fue la parroquia donde mis padres se casaron en 1961, poco después de que Fidel ordenara su expulsión junto con la de otros 900 sacerdotes a España. El día del bautizo fue profundamente emotivo. Mientras esperábamos nuestro turno durante más de tres horas, empapados en sudor, la alegría colectiva de la multitud nunca disminuyó. El entusiasmo de Alicia me mantuvo a flote: a las ocho de la mañana, bailó los veinte minutos de caminata por las calles de Centro Habana hasta la Iglesia y luego exaltó audiblemente el Crucifijo a su paso al frente de la procesión de sacerdotes franciscanos: ¡Vaya, Madrina! dijo. Después, la sorprendí a ella y a sus primos intentando jugar al escondite en el confesionario. Barrio Chino, La Habana, noviembre de 2011. 

 

 

Fotografías de Reny Díaz Arango.