Reserva legendaria de la piratería multinacional en la época colonial, la ciudad de Baracoa permaneció desconectada del resto de la isla excepto por barco durante la mayor parte del siglo pasado. La proximidad de esta pequeña isla a múltiples costas de la bahía de Nipe y a la propia Baracoa la convirtieron en su día en un lugar ideal para los residentes que explotaban pesquerías privadas antes de que el gobierno se hiciera cargo de la industria a principios de la década de 1960. La imposibilidad de comprar y reponer velas, motores o incluso sus propias pequeñas embarcaciones a lo largo de los años debido a los controles estatales comunistas tanto sobre la venta de tales productos como sobre su disponibilidad cambió aún más las condiciones de vida. Como comentaron varios cubanos mientras fotografiaba la isla, lo que parece un gran lugar para vivir puede ser en realidad una trampa. Julio de 2016.