Una de las muchas fotografías que St. George hizo del mismo acontecimiento, la imagen parece inocua: sus sujetos -casi todos hombres excepto la joven que aparece en el centro- parecen estar celebrando una reunión social. Sin embargo, el grupo participaba en un entrenamiento de alta intensidad y en debates políticos en unas instalaciones secretas situadas en algún lugar del sur de Florida. Meticulosamente, St. George documentó su ubicación y su propia llegada allí en un biplano, como si tomara notas haciendo fotografías. Los retratos resultantes muestran la seriedad con la que algunos grupos de jóvenes exiliados se tomaban su misión de derrocar al régimen cubano, dedicando a menudo meses o incluso años de sus vidas a esa única causa.