Por mucho que discutamos los logros sociales que el gobierno cubano afirmó que su versión del socialismo consiguió en su época patrocinada por los soviéticos (1961-1991), la versión actual del socialismo cubano está muy lejos de garantizar nada. Las escuelas no sólo siguieron sufriendo una hemorragia de alumnos y profesores en estos años, sino que incluso los nuevos uniformes de Pionero Comunista que los niños debían llevar ya no procedían en su mayoría de organismos gubernamentales. Más bien, empezaron a fabricarse en el extranjero y a venderse en Miami a revendedores que los traían en aviones para revenderlos al por mayor a los padres a través de sus socios en la isla. En 2011, cuando se tomó esta fotografía, la mayoría de los médicos cubanos atendían a pacientes extranjeros que pagaban en dólares en la industria estatal del “turismo sanitario” o eran enviados al extranjero como trabajadores contratados por el gobierno a países como Brasil, Ghana y Venezuela. (Al igual que hoy, el gobierno cubano recibía el 100% de sus salarios y generalmente se reservaba el pago de una cuarta parte de lo que se debía a los médicos hasta que regresaban a Cuba. Para evitar que se queden en el extranjero y abandonen la “misión”, no se les permiten las visitas familiares ni el derecho a regresar durante los dos o más años que están contratados). Habana, noviembre de 2011.