Para muchos isleños cubanos, los colibríes son un animal sagrado, tanto un signo de buena suerte como de la presencia de la Divinidad. No es de extrañar que Rafael Guerra, entonces estudiante de Historia en la UF (y sin parentesco alguno conmigo), se quedara estupefacto cuando, sentado en el porche de la casa de su familia en la tranquila localidad de La Salud, cerca de La Habana, vio salir de su nido no uno, sino dos colibríes bebé. Cuba cuenta con dos tipos de colibrí, llamados zun-zun por el zumbido de sus alas. Ésta, la especie de mayor tamaño, recibe el nombre de esmeralda cubana. También es importante la creencia yoruba-cubana en el significado de bendición divina de los gemelos y el hecho de que el pueblo donde Rafael presenció el nacimiento de los pájaros gemelos se traduzca como «Salud». Cuando los cubanos brindan por algo, no dicen «Cheers«, sino «¡Salud!». En todos los sentidos, no podría haber una señal más esperanzadora—para Rafael en particular o para el futuro de Cuba, cuando sea o como sea que llegue. La Salud, diciembre de 2018. Fotografías y vídeo de Rafael Guerra.