Construido en estilo barroco a principios del siglo XX, este espectacular hotel había proporcionado antaño comidas kosher y un refugio acogedor a los numerosos inmigrantes, turistas y comerciantes judíos que visitaban o vivían en La Habana. Vacío y cerrado durante décadas, el hotel acababa de ser inaugurado cuando llevé allí a mi antigua alumna (ahora historiadora) Génesis Lara, a mi hijo y al Tío Tiki en el verano de 2016. Aunque no ofrecía comidas kosher, su gerente nos impresionó con sus conocimientos sobre la historia judía en Cuba. Ese verano, el espectacular interior del hotel y su ornamentado bar de caoba atrajeron a docenas de acérrimos seguidores de la Copa Mundial que vinieron a Cuba sólo para ver los partidos comentados las 24 horas del día y retransmitidos en directo. La Habana Vieja, julio de 2016.
