Uno de los tesoros nacionales más singulares de Cuba son las numerosas droguerías de finales del siglo XIX y principios del XX que decoran el paisaje de muchas ciudades. En La Habana, muchos visitantes estadounidenses sienten un vínculo especial con la Farmacia Johnson, en la esquina de la calle Obispo, en la zona de la época republicana de La Habana Vieja, por su evidente conexión con la marca Johnson & Johnson y porque entrar en la farmacia no se parece en nada a entrar en nuestro propio CVS o Walgreens. Como la mayoría de las ahora antiguas y hermosas farmacias de Cuba, ésta sigue abierta y dispensa medicamentos a los residentes locales asignados por el sistema nacional de salud para su uso. El Johnson que fundó esta farmacia llegó por primera vez a Cuba en 1898 con los Rough Riders de Teddy Roosevelt, o eso dice todo el mundo, ¡y nunca se fue!
