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Reapertura de una Biblioteca Nacional restaurada

El 15 de octubre de 2012, casualmente pasé por la Biblioteca Nacional de Cuba para agradecer a mis colegas de la división bibliográfica cubana su ayuda en 2005 realizando meses de investigación sobre la prensa posterior a 1959. El libro que esa investigación me ayudó a crear acababa de salir. Para mi deleite, elegí el día en que el recién nombrado director de la biblioteca y también historiador, el Dr. Eduardo Torres-Cuevas, presentaba un informe a los historiadores cubanos sobre la restauración masiva (al parecer de nueve millones de dólares) que había supervisado en el transcurso de los tres años anteriores. Entre otros ejemplos, el Dr. Torres Cuevas explicó que una de sus primeras prioridades era buscar los miles de libros y otros objetos que el personal había declarado «perdidos», pero que simplemente no se habían vuelto a guardar correctamente para evitar tener que subir las escaleras cuando los ascensores dejaban de funcionar o cuando se rompía el montaplatos de la biblioteca. Entre muestras de alegría y suspiros de alivio, nos dijo que se había encontrado el 90% de los objetos «perdidos». También dijo que gran parte del personal de la biblioteca responsable de las lamentables condiciones de las colecciones y del servicio legendariamente atroz había sido despedido. Utilizando un Power Point, el Dr. Torres Cuevas también informó de la importante reforma de los baños de la biblioteca, que estaban tan sucios tras años de abandono que pocos trabajadores o usuarios se aventuraban a bajar al sótano para utilizarlos. (La claridad, la honestidad y el tono festivo del informe del Dr. Torres Cuevas y la oportunidad de formular preguntas que le siguió indicaron, para muchos, que se estaba consolidando una nueva era para el intercambio intelectual y la libertad de información en Cuba. Sin embargo, en 2020, el Dr. Torres Cuevas había sido sustituido. Dos años más tarde, la Unión Nacional de Historiadores de Cuba concedió al General Raúl Castro el Premio al Historiador del Año. Juntos, estos dos actos hablan de la situación actual de la academia histórica cubana.