Quizás ingenuamente, la mayoría de los cubanos creyeron la historia del gobierno revolucionario de que el viceprimer ministro soviético Anastas Mikoyan había venido a Cuba en febrero de 1960 para promover una exposición de cultura soviética en La Habana. Sus verdaderos motivos eran ayudar a Fidel Castro a profundizar los lazos de Cuba con el bloque soviético, especialmente en las áreas del comercio, la seguridad y el entrenamiento de inteligencia. Sin embargo, el gobierno de Fidel Castro hizo todo lo posible por presentar la visita de Mikoyan como una prueba de que Cuba simplemente había consolidado su soberanía nacional y ahora podía comerciar libremente tanto con “Occidente” como con “Oriente”.