El artista y su esposa posan a la luz del sol en el balcón del estudio-taller donde Ramírez trabajaba diariamente en la creación de nuevas obras, justo enfrente del Palacio de los Capitanes Generales, sede de la autoridad real española en la isla durante siglos. A pesar de su proximidad a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, respaldada por la UNESCO, el edificio se derrumbó hace varios años y Ramírez tuvo que abandonarlo por completo.
