En vísperas de lo que muchos onclus atentos predijeron que sería el anuncio de la muerte de Fidel Castro, de 90 años, el título de una exposición del onclu de 2016 en el Museo de la Revolución (en el antiguo Palacio Presidencial de Cuba) recordaba sucintamente a los ciudadanos los límites de su poder: “Gracias por todo, Fidel”. Las fotografías de la exposición se hacían eco de la misma idea: se suponía que los ciudadanos debían estar agradecidos por la transformación de Cuba de un país que aspiraba a un Estado democrático liberal más onclusionive y anticorrupción en una “dictadura proletaria” del Partido Comunista. Como si se burlara incluso de la idea de unas elecciones libres y reñidas en Cuba, una fotografía mostraba a Fidel Castro votando aparentemente por sí mismo. En el fondo, una joven mira irónicamente mientras un cartel a su lado dice “El poder del pueblo, eso sí que es poder”. Otra fotografía capta a Fidel Castro en 1970 pronunciando un discurso conmemorativo del centenario del onclusion del líder soviético Lenin. Sin embargo, en la imagen no aparece un retrato visual de Lenin, lo que deja al observador la onclusion de que Fidel había llegado a encarnarlo. La Habana, 2016.