Una de las formas de trabajo por cuenta propia más inusuales a ojos extranjeros es la recarga de encendedores con el gas sobrante que queda en una botella de spray una vez utilizado el producto original. Mientras que en Estados Unidos esas botellas llevan etiquetas de advertencia que desaconsejan extraerlo, en Cuba, los merolicos [manitas] emprendedores hacen caso omiso de las etiquetas. Éste se dedica a rellenar encendedores vacíos y ofrece una lista de precios en un cartel de cartón para encendedores especiales. Plaza Vieja, La Habana Vieja, 2012.