Las afueras de la ciudad de Matanzas cuentan con grandes proyectos de viviendas gubernamentales construidos en los años 60 y 70, a menudo basados en los últimos diseños de Europa del Este o Rusia. Entre los primeros residentes se encontraban antiguos chabolistas y campesinos cuyas pequeñas parcelas fueron colectivizadas, así como muchos jóvenes revolucionarios, como el propietario de este apartamento, a quienes el Estado recompensaba con una vivienda por su servicio voluntario como maestros y trabajadores sociales. En primer lugar, sus diseños soviéticos a menudo estaban pensados para retener el calor, no para liberarlo; y vivir allí significaba desplazarse a todas partes en autobuses estatales que dependían del petróleo y del gas. Las numerosas calesas privadas que bordean esta calle principal demuestran de que la zona sigue necesitada de transporte estatal, ahora y muchas veces antes, no existente. (Julio 2016)
