La novia, su suegra y los invitados observan en esta foto cómo el novio firma el Código de Familia de Cuba, un momento culminante en todas las bodas de la isla desde mediados de la década de 1970. Aprobado en 1976, el Código de Familia respondía a la admisión de Fidel Castro, dos años antes, de que la Revolución no había logrado “todavía” la plena igualdad entre hombres y mujeres: parte de la ley exigía que todos los maridos se comprometieran por escrito el día de su boda a compartir el 50% de las tareas domésticas y las responsabilidades de crianza de los hijos. En su momento, los observadores feministas en el extranjero celebraron esta disposición como una solución única al “doble turno”, es decir, la expectativa de que las mujeres cocinaran, limpiaran y cuidaran de los niños sin aporte de sus maridos al llegar a casa tras una jornada completa de trabajo fuera del hogar. Sin embargo, como han demostrado muchos estudiosos, aunque los maridos cubanos sí firmaban el Código, la mayoría optaba posteriormente por ignorarlo, un factor que seguramente llevó a Cuba a exhibir en la década de 1980 una de las tasas de divorcio más altas del mundo. CIUDAD DE PINAR DEL RIO, MARZO DE 1997.