Entre 2007 y 2018, Raúl Castro amplió temporalmente el número de categorías y el alcance de la comercialización de las licencias para que los cubanos puedan operar pequeños negocios como la fabricación casera de artículos artesanales para turistas y su venta por intermediarios. Sin embargo, desde 1991 hasta entonces, el gobierno castrista encabezado por Fidel restringió notablemente la venta de artesanías a los artesanos, al igual que prohibió a los cubanos el uso de las playas directamente frente a los balnearios propiedad del gobierno, sólo para extranjeros, a pesar de que uno de los primeros actos del gobierno revolucionario de 1959 fue hacer que todas las playas de Cuba fueran públicas, abiertas a todos. No obstante, empresarios cubanos como el que aparece vendiendo sus artesanías a los extranjeros en esta foto encontraron ingeniosos medios para eludir la ley: simplemente exhibían artículos como collares de conchas y semillas y muñecas de trapo desde el manillar de sus bicicletas mientras pasaban despreocupadamente junto a los turistas extranjeros en la playa. Inevitablemente, uno llamaba la atención, el «motorista» se detenía y, después de explicarle los peligros de ser atrapado, el turista compraba todos los artículos posibles, aprovechando la mejor calidad y los precios más bajos de las artesanías que se venden en las tiendas turísticas del gobierno.
