Construida en la década de 1740 y propiedad de la familia alemána-cubana Brunet, la ubicación de esta mansión en la Plaza Central de Trinidad, construída en el siglo XVI, habla de la enorme riqueza que los Brunet obtenían de las plantaciones de azúcar y de los cientos de esclavos que trabajaban en ellas. La propia casa contaba con un personal esclavizado de más de cincuenta hombres y mujeres durante el apogeo de la prosperidad de la familia en el siglo XIX, a pesar del hecho de que sólo tres personas blancas vivían en la casa. Trinidad de Cuba, 2001.