El Palacio Presidencial de Cuba se construyó durante la presidencia de Mario García Menocal (1913-1921). Fue posible gracias a una subida masiva de los precios de la azúcar causada por el colapso de la producción de azúcar de remolacha en Europa y la dependencia de los soldados en el azúcar como parte de sus raciones de comida durante la Primera Guerra Mundial. Como mayor productor de azúcar del mundo, Cuba entró en una expansión económica de casi una década apodada «La Danza de los Millones». Los beneficios fueron acumulados por los ya ricos barones del azúcar (como lo habían hecho desde la época colonial) pero también dotaron con oportunidades únicas para el chanchullo y la inversión a una nueva clase política de blancos, antiguos oficiales de las guerras independentistas cubanas, que controlaban el gobierno. El presidente Menocal era uno de ellos. Tras fundar la Cuban American Company con el congresista republicano de Texas R.B. Hawley durante la primera ocupación militar estadounidense (1898-1901), el ingenio azucarero y la plantación «Chaparra» de Menocal se habían convertido en la mayor hacienda azucarera del mundo. Deseoso de contrarrestar sus impopulares políticas anti-obreras y la deportación masiva de trabajadores extranjeros, Menocal justificó la opulencia de la residencia ejecutiva como prueba de la soberanía y prosperidad de Cuba, a pesar de un aumento apreciable de la pobreza, incluso entre sus propios trabajadores de Chaparra. El patrimonio neto del presidente Menocal pasó de menos de un millón de dólares en 1913 a más de ocho millones al concluir su mandato. Museo de la Revolución (antiguo Palacio Presidencial), La Habana, 2016.
