Aprender a comer en cubano era literalmente el nombre de un programa diario de la radio pública nacional patrocinado en la década de 1940 por el primer gobierno electo del Partido Auténtico. Sus líderes afirmaban representar el programa “auténtico” de la Guerra de Independencia de Cuba de 1895. El objetivo menos cumplido de esta guerra y de la República que fundó fue el establecimiento de una próspera economía campesina. Gracias a las intervenciones militares estadounidenses y a las ventajas que dieron a los ricos plantadores y a los inversores extranjeros, las enormes plantaciones de azúcar volvieron a dominar el paisaje y a controlar las políticas estatales. Un desprecio urbano generalizado por el campo inculto y empobrecido también caló en la sociedad. Los Auténticos pretendían subvertir esos valores e inculcar el orgullo nacional a través del conocimiento de la cocina, la agricultura y la vida campesina cubanas. Muchos dirigentes lo consideraban un primer paso para aplicar finalmente el mandato de reforma agraria de la Constitución de 1940. Así, el dibujo del folleto del programa de radio que mostraba a una mujer no blanca sirviendo a blancos acomodados pretendía atraer a los críticos y desviar la atención del verdadero objetivo de los promotores del programa: la disolución de los enormes latifundios rurales. Aunque ese objetivo nunca fue alcanzado por un gobierno electo procapitalista, programas como éste sí consiguieron crear un amplio consenso a favor de la transparencia gubernamental, un sentido de responsabilidad por las injusticias sociales y el fin de la impunidad de los funcionarios. Podría decirse que el golpe de Estado del general Fulgencio Batista en 1952 y la posterior transformación comunista de la Revolución cubana de 1959 por parte de Fidel Castro manipularon y luego subvirtieron conjuntamente estos objetivos. Colección Ernesto Chávez, Universidad de Florida.