Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria
Las “Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria”, que se pusieron en marcha durante tres años en 1962, estaban diseñadas para enseñar los principios del marxismo-leninismo a legiones de trabajadores cubanos que eran entusiastas partidarios de la Revolución de Fidel Castro pero que no sabían casi nada sobre el comunismo, ni siquiera cómo ni por qué el gobierno debía poseer y planificar la economía nacional. Con la esperanza de aumentar la productividad entre todos los trabajadores, los funcionarios confiaron en los EIBR para desarrollar cuadros (torpemente traducido de la palabra soviética “cadre”).