Probablemente escrito en 1978, cuando la administración de Jimmy Carter negociaba con el régimen de Fidel Castro para permitir por primera vez las visitas de exiliados cubanos y ciudadanos estadounidenses, este fascinante informe pinta un retrato no muy distinto al de la Cuba actual. Su autora fue Louise F. Smith, residente en la isla desde hacía 27 años, que envió una copia a los ejecutivos de la empresa Czarnikow-Rionda, propiedad de los hermanos Braga y una de las mayores multinacionales azucareras de Cuba. Durante décadas, después de que Fidel Castro nacionalizara repentinamente todas las empresas privadas a finales de 1960 y adoptara el régimen comunista, los ejecutivos de la empresa recibían regularmente informes sobre las condiciones en Cuba de visitantes y antiguos empleados que aún permanecían en la isla. Junto con expresiones de choque y nostalgia, Smith se pregunta por qué un régimen socialista permitiría que tantas empresas antes privadas, ahora propiedad del Estado, y otras propiedades confiscadas permanecieran vacías y en decadencia: si pertenecen al pueblo, ¿por qué no ponerlas al servicio del pueblo? También informa sobre la confianza del Estado en la música de jazz cubana para entretener a los invitados extranjeros, a pesar de la prohibición del Estado de permitir que los propios cubanos escucharan o tocaran jazz en aquella época: el Partido Comunista alegaba que era «ideológicamente diversionista» y convertía el disfrute del jazz en un crimen político. Colección Braga Brothers, Special and Area Studies Collections, Biblioteca Smathers, Universidad de Florida.